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The Kooks: de sus clásicos al funk

 

Eran las 19:30, hora de la apertura de puertas, y la cola para entrar daba media vuelta a la manzana. Desde el mediodía empezaron a llegar para poder estar en primera fila y ver de cerca a los de Brighton. Los fans barceloneses se mezclaban con el público inglés. Las cervezas pre-concierto eran un must, imprescindibles en un concierto como el de The Kooks.

 

Después de su macro concierto de hace dos años durante las fiestas de la Mercè, el grupo británico volvía a pisar tierras catalanas. A las ocho y media, El último vecino calentaba la sala con su technopop ochentero. Una hora después, acompañado de una gran ovación, en la cual los gritos femeninos lograban resaltar en la sala, The Kooks entraba al escenario y empezaron a sonar las primeras notas de Ooh la.

 

El sonido del rock inglés no tardó en contagiar a la gente, siguieron con Always Where I Need to Be, y Luke empezó con sus movimientos por el escenario, entra bailes y subidas y bajadas al amplificador. La receptividad lo puso de tan buen humor que cuando leyó la clara y directa pancarta “Luke, I want your pick”, no tardó en darle directamente en mano su púa a la chica.

 

Una potente puesta en escena. The Kooks sabe que actualmente es esencial gustar y sorprender en las actuaciones en directo. Hasta 16 pantallas de televisión (¡16!) en las que se proyectaban sus visuales alternándose con imágenes del concierto.

 

Llegó el momento de las guitarras acústicas para deleitarnos con Melody Maker, un abreboca de su próximo disco Listen. Momento tierno de los rockeros, endulzado después con She moves in her own way. Después de It was in London, que pasó sin pena ni gloria, volvía la energía a la sala Razzmatazz. El público demostró que ya estaba más desinhibido con See the Sun y Mr. Maker.

 

Luke apartó el pie de micro y en una mezcla entre estrella del rock y James Brown demostró sus dotes de bailarín con sus movimientos al ritmo de la funky West side. Hasta se animó a acompañar el final de la canción con unas maracas. La nueva propuesta de The Kooks comprende ritmos de funk y soul, como el single de presentación Down, aclamado por el público presente.

 

La gente esperaba el happy anthem de la banda, Junk of the Heart (Happy), y sonó, y trajo una ola de optimismo a la sala. El concierto “se cerraba” con Sofa Song, de su primer disco Inside In / Inside Out. No somos tontos, pero había que hacer lo que está establecido en un concierto. Así, después de una larga ovación, el grupo volvió a salir con Forgive & Forget, y para cerrar con broche de oro interpretando Naive, uno de los singles de la banda que los llevó al éxito.

 

Aunque el grupo no se mostró muy comunicativo con el público, entregó su energía en el escenario. La gente disfrutó de su música en directo, cantó los éxitos de la banda y pudo escuchar el nuevo rumbo que ha tomado The Kooks en esta nueva etapa. Tanto es así que nadie se quería mover de sus lugares. Todos queríamos un poquito más, pero ya era por gula musical.

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