El festivo concierto de Oques Grasses para celebrar el dia del “Esperit Xai”
El grupo pone punto y final a su gira en la Sala Razzmatazz
Los seguidores de Oques Grasses aceptaron la invitación de la banda de Osona para acompañarles en la celebración del día del “Esperit Xai”, “porque somos los corderos de la Navidad, (…) no hay nada más real que un cordero”, en palabras del grupo. El tiempo pasaba y el público -muy joven, por cierto- empezaba a estar impaciente, hasta que apareció Tremendu, del grupo Tremendamente, que entretuvo a los asistentes contando historias y que con un poco de música dio las gracias por estar ahí.
Media hora más tarde de lo previsto empezó el concierto. Con la alegría y energía que les caracteriza, Oques Grasses salen al escenario para empezar con una batería de temas alegres que el público sigue fielmente: suena el reggae-rock, o “reaggae a la cazuela” como ellos lo llaman, de Sonunucell, Fill de Maria y Fàcil. Josep Montero, la voz del grupo, aprovecha para agradecer al público estar en un concierto con las entradas agotadas desde hacía una semana, lo cual ni ellos mismos se podían creer. Él mismo presentó al resto de la banda: no nos habíamos dado cuenta pero encima del escenario teníamos a Julio Iglesias, Chuck Norris, las Spice Girls y Ricky Martin (quien nos deleitó con su hit Les 3 bessones, coreado por el público).
Las historias cotidianas que cuentan Oques Grasses conectan con el público, con letras frescas, descaradas y divertidas. No tienen problema en hablar de caca, de culos, y hasta contar una historia en la que Julio Iglesias (a.k.a Guillem Realp) estaba haciendo aguas mayores. Sus canciones, sus directos y su naturalidad construyen un ambiente con el único objetivo de hacer disfrutar al público. Y es que ya lo dicen ellos: “somos nuestras canciones, somos la gente que las escucha y las vive”.
Después de la más tranquila Ritme Salvador, los asistentes se llenaron la boca al poder enviar a quién quisieran a “tomar pel Cul”. Obviamente, alguien acabó subiendo a los hombros de su amigo, no para hacer un “pilar de dos”, no, sino para enseñarnos su trasero. Los bailes, los empujones amistosos y las risas tomaban protagonismo (sobretodo en Continuem vius) y la energía del grupo no disminuía. Montero corriendo de un lado para el otro del escenario, y las Spice Girls (digo, los encargados de los instrumentos de viento) nos deleitaban con sus trabajados bailes. Y si hay que hacer una canción a partir de la afinación de la guitarra, Oques grasses lo hace. Además, era el final del año del cordero (“Any Xaià”), y eso nos vino a contar nuestro ya amigo Tremendu. Como marca la tradición, hay que comerse los 7 últimos excrementos que los corderos han/hemos hecho. Así, repartieron excremento de cordero e hicieron unas peculiares campanadas. Esos excrementos estaban vestidos de chocolate con cuerpo de cacahué, por cierto.
Si algo caracterizó el concierto fue la introducción de pequeñas versiones de míticas y dispares canciones. Con te partiro de Andrea Boccelli, Sweet (A La La La La Long), La vie en rose y hasta una intro reggeatón con Gasolina de Daddy Yankee son algunos de los temas que enriquecieron el concierto y que el público cantaba como si de una canción de Oques Grasses se tratase.
Ayer era 23 de diciembre, así que Oques Grasses decidieron adornar las fechas navideñas con la canción oficial de las Navidades de TV3, Així és el teu Nadal. Y justo después de ese “tradicionalismo católico”, y a riesgo de parecer irónicos (seguro que con toda la intención) celebraron y reivindicaron el sexo libre en Petxina lliure. No olvidaron canciones de Un dia no sé com, su álbum debut, como La granja, Celebrarem o Senzilla, que contó con la voz del miembro de la banda Miquel Biarnès como sustituto de Ernest Crusats (La Iaia). Tampoco faltaron la espacial-optimista Coet, ni la reivindicativa pero festiva Final blaus. También hubo momento tabernero con armónica y mecheros incluidos para la bonita Llum fluorescent. Montero ya nos avisaba que ese no era el final del concierto y así, después de agradecer otra vez al público, simularon una despedida con el humor que les caracteriza.
La última parte del concierto fue digna de un final de concierto de Oques Grasses. Dedicó Sexy a la belleza de los ahí presentes, animando el público a quererse. Si ya es de por si una canción que gusta, el grupo decidió adornarla con Twist and shout y una versión reggae de I want to break free. Oques grasses transmiten optimismo con sus letras, y como la cosa iba de quererse a uno mismo, siguieron con Cavall Estable. El punto y final lo puso Passos importants. Es ya tradición que el grupo pida que la gente se quite sus camisetas, por aquello de “els passos importants es solen fer sense roba”, pero la gente decidió que no hacía falta que se lo pidieran. Camisetas agitándose en la Sala Razzmatazz, y poco a poco todos los miembros de la banda se iban sumando. Así acababa un concierto que trajo la energía y buen humor necesario para empezar las vacaciones de Navidad.