El descaro refinado de la diva Macy Gray
La cantante de Ohio lleva su neo soul a la Sala Barts dentro del 16º Banc Sabadell Festival del Mil·leni.
Después de una introducción musical a cargo de la banda, sale al escenario la gran Macy Gray para interpretar Why didn’t you call me. Iba engalanada con un vestido ajustado y brillante, una boa de plumas rosas y moradas, tacones, mitones de cuero y pendientes y anillos brillantes. Brillante como el pedestal con el que jugará con descaro durante toda la noche. Solo faltaban las tres coristas de rigor a lo Twenty Feet from Stardom. Pero no, Gray estaba rodeada de músicos masculinos, con corbata de leds, que le hacían las voces y la acompañaban majestuosamente en las baladas soul como Glad you’re here y Sweet baby o la potente Bang bang.
La cantante de Ohio mostró en todo momento una actitud desvergonzada pero con clase, atrevida pero elegante, con ese acento americano desganado. No tuvo ningún problema en enseñarnos su trasero, dispararnos con picardía, hablar del tamaño de las vaginas de las barcelonesas y abrirse el escote antes de iniciar una canción. Y esa desgana estudiada, ese baile, esa mirada perdida y sin descuidar a su púbico, con el que interactuaba constantemente. Y hasta tres cambios de vestuario, siempre con tacones, brillantes y vestidos de lentejuelas que le ayudaban a mover sus piernas a ritmo de funk. Pero si algo destaca a Gray es su voz. Esa raspada voz que saca con tanta facilidad aparente, y que es la parte sonora de esa actitud y esa apariencia que convierten a Macy en una gran diva.
Pidió en repetidas ocasiones que bailásemos con ella, que aunque no nos supiéramos la letra, teníamos que bailar. Parte del público asistente no era fan incondicional de Macy, no la seguía, y los ánimos empezaban a decaer en una primera parte un tanto monótona que se salvó por su actitud. La gente quería hits. Y tras la bailable Relating to a psychopath y una magnífica interpretación de la balada First time, sedujo al público con una batería de canciones para desatarse: el himno liberador Sexual Revolution, que se mezcló con el clásico de Rod Stewart, Da ya’ think I’m sexy, para terminar con Hands, single de presentación de su último álbum.
I try es la canción más exitosa de Gray. Con un principio a base de percusión, Macy dejó que el público se dejara oír en el estribillo, y estiró y estiró la canción. Durante el instrumental que “ponía fin” al concierto y después de un speech optimista nos recordó que “everything’s gonna be alright” a ritmo de reggae.
Después del falso final, Macy nos sorprendió con el tema de Radiohead Creep, incluida en su disco de versiones Covered. Beauty in the world, uno de sus éxitos recientes, sonó acto seguido de manera contundente gracias a la potente percusión que le acompañaba. En una actuación muy estudiada que señalaba el final, le trajeron su toalla, se limpió todas (¡todas!) las partes de su cuerpo, y también tiró un par de boas al público. Así, después de deleitarnos con su alto nivel de español (“burrito, taco”), escogió The letter para acabar y despedirse definitivamente.
No fue el concierto de presentación de The way. Para bien (público de rebote) o para mal (fans) no saturó el setlist con temas nuevos, sino que creó un repertorio variado con piezas actuales y del resto de sus álbumes, junto con algunas versiones. Un concierto de soul y funk con una protagonista de las que no quedan. Macy nos entretuvo con su voz y su actitud para una perfecta y diferente velada de domingo.