MRS CARTER pasó por Barcelona
Queen Bee se puede permitir el lujo de empezar un concierto tarde, pero sólo pasaron poco más de quince minutos de las nueve de la noche cuando el gran telón que cubría el escenario cayó, enloqueciendo a 18.000 personas que asistieron al Palau Sant Jordi.
Después de una pequeña intro audiovisual para presentar The Mrs Carter Show, la diva de Texas apareció y empezó a sonar Run the World (Girls), un buen tema que puso a todo el público de pie para bailar. ***Flawless y Yoncé retumbaron en el Palau y Beyoncé no dejó ni un beat sin mover su espectacular cuerpo. No se olvidó de Get me bodied y Diva, y tampoco de Baby boy y Naughty Girl, los temas que la dieron a conocer como solista en 2003.
El color lo puso Blow, un tema con toques de los 80 y producido por Pharrell Williams que acabó con un Pacman en la gran pantalla. Pero el momento más sexy llegó con Partition, su último single, donde Beyoncé bailó en un diván de la forma más sensual que ella sabe, como si de un baile privado a Jay Z se tratase.
Y con una actuación calcada a la que realizó en los pasados premios Grammy, vino uno de los temas más esperados, Drunk in love, con el público acompañando enérgicamente en cada “loove”. Y aprovechando esto, Beyoncé alargó la intro de Why don’t you love me? haciendo cantar a los asistentes.
Con una silla, y dos guitarras, llegó Irreplaceable en una versión acústica y con una primera parte en español que todo el público se sabía. Y por fin se dirigió al pequeño escenario situado en medio del recinto, y lo hizo para cantar Love on top, donde dejó claro por qué su voz es tan valorada. El Palau Sant Jordi estaba entregado, lo mostraba en cada canción y no sabemos si es una frase recurrente en sus conciertos pero Beyoncé lo destacó con un “you’re a amazing audience”. Después de un pequeño Interlude con pequeños trozos de Countdown (un tema que los fans echan en falta en el setlist), sonaron los primeros segundos de Crazy in love, que luego se fusionó con Single ladies.
Sin darnos cuenta, llegaba la recta final del concierto, y Beyoncé su puso tierna. Interpretó I will always love you, canción que se incluye en sus presentaciones desde que murió Whitney Houston, y continuó con Heaven creando más emoción en el ambiente. Después de unos largos aplausos, empezó a sonar XO y acabó con una de las canciones que la han consolidado como una de las mejores artistas pop de los últimos años: Halo. Un tema digno de cerrar el show.
Volvió al escenario principal para pedir un aplauso para su banda femenina y para su cuerpo de baile, y se despidió del público barcelonés a ritmo de Green Light. Un final enérgico para un concierto en el que la diva no dejó sentar a los asistentes ni un momento. Fuego, globos, humo y un espectacular sistema de iluminación dieron al espectáculo la marca BEYONCÉ que el público pedía. Queen Bee no decepcionó y dejó más que buen sabor de boca.